Sandra y una cortinita que se corre...

Estaba esperando muy ansiosa a Sandra.
Me decía vía mail que ya me lo mandaba y me moría por saber, por ver más... conocerla un poquitito.

Afortunadamente y luego de entreveros de tiempos y scáneres y esas cosas que por ser humanos nos pasan (y que nos sobrepasan en esta época del año) llegó esta tira de imágenes con el proceso y el resultado final.

Y llegó hermosamente!

Junto a su mail con fotos me decía lo siguiente:

"A mí, en principio, me motivó tu idea de armar como un "potpourri" de mensajes en forma de imágenes, me intrigó el resultado que de ahí se diera, sobre todo cuando dijiste algo así como que cada uno podía seguir con el tema o concepto volcado por el anterior. Como a mí me tocó abrir el cuadernillo, me vino la imagen de alguien abriendo una puerta hacia lo desconocido, con mucha incógnita y curiosidad... lo cual concluyó en esta imagen de la nena corriendo el telón de un gran teatro cuyas escenas se representan a través de las páginas del librito...

Eso de dejar "un pedacito de nuestros intentos de humanidad" fue lo que hizo que quisiera participar, y que ese intento anduviera dando vueltas quién sabe por dónde... más todavía.

Por eso mismo, en parte, es que decidí pasárselo a mi marido, no porque estuviera cerca (si no dibujara no lo habría hecho) sino porque a pesar de que no trabaja profesionalmente en esta área (lo mismo yo, es decir, no publicamos nada aún, sino que sólo lo hacemos de puro gusto nomás), confío plenamente en él y su capacidad para representar un mundo sumamente rico al que viene dándole forma desde siempre, un mundo de personajes extraños, a veces monstruosos, a veces oscuros, pero queribles, tiernos en el fondo. Al principio no sabía qué se proponía él, pero después... bueno, lo dejo que él mismo te cuente."

Y esto que cuenta de abrir la puerta... se conecta con lo que trabaja Leti también, desde otro lugar, pero también de un modo muy hermoso. Debo admitir que quedé sorprendida (al igual que quedarán ustedes, supongo) con la calidad y calidez de Sandra.
Valió la pena esperarla, verdad? Yo creo que sí.
Ahora, como comentaba en su mail, sigue su marido Edgardo Daniel Preisinger, quien le seguirá en la posta...

Estoy muy contenta y con muchísimas ganas de conocerlo y que ustedes puedan acceder a su mundo fantástico.


Qué buenos trabajos están saliendo!
Los dejo por ahora y nos estamos viendo en breve.

mari.